Quería una vez Zeus, el dios de los mitos griegos, proclamar la reina de las aves, y les indicó un día para que todas comparecieran delante de él, el dios iba a elegir a la que encontrara más hermosa y esplendorosa para que reinara entre ellas.
Todas los pájaros se dirigieron a la orilla de un río para acicalarse y estar limpiar ante Zeus.
Entonces la negra corneja, sintiéndose el ave más fea, se dedicó a recoger las plumas que los otros pájaros habían dejado tras su baño. La corneja consiguió ajustarla a su cuerpo. Así, vestida con plumas ajenas, resultó llena de colores distintos la más hermosa de las aves.
Llegó el momento de la elección, y todos los pájaros desfilaron ante Zeus, sin faltar por supuesto, la corneja con su grandilocuente y excelso plumaje.
Y cuando el dios estaba a punto de concederle el titulo de reina de las aves, a causa de tanta hermosura, los demás pájaros, indignados y enojados por el engaño, le arrancaron cada uno la pluma que le correspondía. Al fin, desplumada de sus nuevas plumas, la corneja, simplemente corneja se quedó.
Moraleja de la fábula de la corneja y las aves
Nunca hagas alarde de los bienes ajenos como si fueran propios, pues tarde o temprano se descubre el engaño.
Fin de la fabula de la corneja y la aves
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