Fábula de la liebre y la tortuga

la liebre y la tortuga
Fabula de la liebre y la tortuga

Érase una vez una liebre fanfarrona y orgullosa. Era una liebre rápida y veloz.

Una liebre a la que le gustaba presumir de ello delante del resto de animales.

Sobre todo los animales la liebre se cebaba en la tortuga de la tortuga. La tortuga tenía las cuatro patas cortas y caminaba muy despacio.

La liebre brincaba, saltaba y corría con facilidad y agilidad. Según ella no tenía problemas para ganar cualquier carrera.

Un día, la liebre le quiso gastar una broma a la tortuga y  le dijo:

– Eh, tortuga lenta, te reto a una carrera.

La tortuga, cansada de su arrogancia y sus burlas, aceptó el reto.

– De acuerdo, liebre. Mañana mismo, en el bosque.

En le periódico del bosque salió publicada la noticia que la liebre y la tortuga competirían por ser el animal más rápido. Todos los animales fueron a prestar su apoyo a la decidida tortuga.

fabula de la liebre y la tortuga
La liebre y la tortuga

Los animales del bosque se pre preguntaban ¿Cómo iba a ganar la tortuga al animal más veloz, siendo ella tan lenta?

Todos pensaban que la tortuga tenía una estrategia para vencer a la liebre.

El comienzo de la carrera entre la liebre y la tortuga fue el esperado, la liebre salió corriendo y enseguida fue perdida de vista. La tortuga iba a su paso continuo, lento pero seguro. Un paso, tras otro paso.

La liebre, tras un tiempo de carrera, miró hacia atrás y al ver que no veía a la tortuga, comenzó a reír.

– ¡Esta tortuga! ¡Mira que atreverse a competir esta carrera con la liebre más rápida del mundo!  Tengo mucha ventaja comeré un poco y luego seguiré hacia la meta. Ganaré sin problemas.

La liebre comió muchas zanahorias mientras, la tortuga iba avanzando con lentitud pero firme hacia adelante un paso tras otro sin parar.

La liebre corrió un poco más, pero como le dolía la barriga por haber comido tanto decidio descansar un poco apoyada sobre un árbol.

La liebre se sentó pero se quedó dormida  bajo la fresca sombra del árbol en el camino.

Y mientras dormía, la tortuga, se acercaba a pasos cortos pero constantes. Cada vez estaba más cerca de la liebre.

La tortuga estaba sedienta y cansada, pero no quería parar. Quería alcanzar la mete lo más rápido posible para que la diferencia no fuera inmensa.

Al cabo de un rato, la tortuga paso al lado de la liebre, vio a la liebre dormía y no hizo ruido,  siguió andando, ahora con mucha más ilusión, pues podía conseguir una sorprendente victoria.

Los animales que esperaban en la meta no podían creer lo que estaban viendo: ¡¡la primera que se veía era la tortuga!!

Todos comenzaron a animarla. Vamos tortuga queda poco. Y mientras, la liebre, despertó y se encamino hacia la meta buen paso, lo suficiente para acercarse y ver que la tortuga estaba en la recta final.

La liebre corrió desesperada, como nunca había corrido, pero no fue suficiente, justo antes de llegar la tortuga cruzaba la línea de meta delante de ella.

Los animales aplaudieron enfervorecidos a la lenta vencedora. La liebre acababa de recibir una gran lección.

Moraleja de la fábula de la liebre y la tortuga

Varios refranes y moralejas se pueden sacar de este conocido cuento:

  • Mejor lento pero seguro que rápido pero distraído.
  • Lo importante no es cómo se empieza algo, sino cómo se termina.
  • No hay que burlarse jamás de los demás
  • El exceso de confianza puede ser un obstáculo
  • Hay que ser humildes y tener en cuenta que los objetivos se consiguen con paciencia, dedicación, constancia
  • Jamás menosprecies a alguien por ser más débil, porque a lo mejor un día te hace ver tus propias debilidades.
  • Respetar a los demás tal y como son, y a no ser tan orgullosa ni confiada.
  • Los lentos y estables ganan la carrera.

Fin del cuento y moraleja de la liebre y la tortuga

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