Fabulas con moralejas
Fabula del ciervo tuerto
Un venado que no tenía uno de los ojos pastaba a orillas del mar, con su ojo sano hacia el bosque para observar la llegada de cazadores, y dejaba el mar para el lado que carecía del ojo, pues de allí no esperaba ningún peligro.
Pero unos marineros navegaban por este lugar, y al ver al venado le dieron caza con unas lanzas.
El venado con gran dolor se dijo mientras moría:
– ¡Pobre de mí! Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar, al que consideraba un refugio, me ha sido mortifero.
Moraleja de la fabula del venado tuerto
Se cauto y procurar ser prudente ante las alternativas que encuentras.
Fábula de los dos ciervos, el ciervo y el cervatillo

Le dijo un día un cervatillo al ciervo:
– Padre ciervo eres más grande y más rápido que los perros y tienes además una hermosa cornamenta para defenderte; ¿por qué huyes delante de ellos?
El ciervo replicó:
– Verdad es lo que me comentas, hijo mío; mas no sé lo que me sucede, pero cuando oigo el ladrido de un perro, inmediatamente me doy a la fuga.
Moraleja de la fabula del ciervo y el cervatillo
Si se tiene un ánimo temeroso, difícil el motivo que pueda cambiarlo.
Fabula de los dos venados
Una dia, un ciervo viejo contaba esta historia a joven ciervo:
– Tengo bien presente que mi padre decía que en sus tiempos el hombre no había inventado el arco y la flecha, armas terribles con las que nos persiguen ahora.
– ¡Qué tiempos aquellos, abuelito! Todo debió ser felicidad – comentó con nostalgia el joven venado.
El viejo, mirando al joven ciervo, dejó escapar una sonrisa, que no era de alegría, explicándose así:
– Tienes la mente muy ágil, querido cervatillo. Pero no eran tiempos mejores. ¡Qué iban a serlo!
– Pues si no conocían aún el arco y la flecha, ¿cómo los mataban? – preguntó el cervato.
– Los hombres tendían trampas, los amarraban con lazos y los mataban a palos. ¡Eso era peor que las flechas!
Refran de la fabula de los dos ciervos
Lo pasado, sea olvidado, y lo futuro, esperado
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