En esta fábula con moraleja acerca de un leñador, un zorro era perseguido por unos cazadores cuando llegó al claro del bosque en el que se encontraba un leñador. El zorro le suplicó que lo escondiera y el leñador del bosque le indico que entrara a su choza, así el zorro encontró un escondrijo.
Al momento llegaron los cazadores, y preguntaron al leñador si había observado pasar a un zorro.
El leñador, les dijo que no, pero al mismo tiempo con su mano señalaba la choza donde el zorro se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano que había realizado el leñador y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
El zorro al verlos marcharse, salió silencioso, sin decirle nada al leñador.
El leñador le dijo que era un desagradecido pues le había salvado y no le daba las gracias.
El zorro le respondió: – Te hubiera agradecido la ayuda si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
Moraleja de la fábula de los cazadores, leñador y el zorro
Muestra con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.
Fin de la moraleja de la fábula sobre la mentira.
Esta fábula también suele ser protagonizada por el femenino del zorro, la astuta zorra. NO actúes como el leñador en la fábula afirmando dos cosas al mismo tiempo, o dos cosas en distintas en diferentes lugares. Una vez conocidas perderás el respeto de los que te rodean como en el cuento.
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