
Un nogal estaba situado al pie de un camino bastante transitado. Este árbol daba cobijo a los caminantes frente a la lluvia y al sol, pero los viajeros le arrojaban pedradas para conseguir sus frutos, y se dijo a sí mismo suspirando:
-¡Pobre de mí que por mi bondad todos los años me atraigo daños y dolores!
Moraleja de la fábula del nogal
Seamos agradecidos y no causemos daño, pues hay quien paga favores de mala manera.
Fin el nogal, fabula y moraleja
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