Los árboles decidieron elegir un rey entre todos ellos, y eligieron al olivo. Este se excuso dando a entender que su misión era crear ese preciado aceite liquido que tanto aprecian tanto dioses como hombres.
Luego se ofrecieron a la higuera y les contesto que no podía dejar de producir dulces frutos por reinar.
Y así hasta que llegaron al espino, y el espino respondió:
Si soy rey poneros bajo mi y mis espinas, para poder apreciarlas y quererlas.
Moraleja de la fábula del rey de los árboles
Quién no saber dar buenos frutos, lo malo que ofrezca será para sufrimiento de los que se acercan.
Fin de la Fabula y refrán del rey espino
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