Estando las liebres juntas se lamentaban entre sí de llevar una vida tan precaria y temerosa, pues, en efecto, eran víctimas de los hombres, de los perros, de las águilas y de otros animales. Así que pensaron que más valía morir de una vez que vivir siempre con miedo.
Tomada esta resolución, corrieron lanzarse a un lago para morir ahogadas todas juntas.
Juntos al lago, había unas ranas que estaban sentadas, en cuanto oyeron el ruido de la carrera, saltaron temerosas al agua. Entonces una de las liebres, que era más pensadora que las demás, dijo:
– ¡Alto compañeras! ¡No hay que apurarse tanto, pues ya veis que aún hay otros más miedosos que nosotras!
Moraleja de la reunión de las liebres
Para algunos es consuelo encontrar y ver otros en peores condiciones.
Fin de la moraleja de la reunión de las liebres
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