
Había un mozo de cuadras que tomaba la cebada del caballo que cuidaba y posteriormente la vendía en el mercado. Sin embargo, el mozo procuraba tener el caballo siempre limpio, cepillado y que luciese lo mejor posible.
Cierto día el caballo le dijo:
– No me cepilles tanto, que si quieres verme hermoso solo necesitas darme de comer mi cebada.
Moraleja del caballo y el mozo de cuadras
Cuídate de quien mucho te adule o alabe, pues puede buscar algo a cambio.
Fin de la Fábula y refran del caballo y el mozo de cuadras
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